Los fabricantes de automóviles mundiales enfrentan interrupciones en la producción en medio de una disputa por los chips

Los fabricantes de automóviles de todo el mundo están reduciendo la producción debido a una escasez crítica de semiconductores, provocada por una disputa comercial que involucra a un fabricante de chips de propiedad china en los Países Bajos. Esta situación pone de relieve las vulnerabilidades de las complejas cadenas de suministro de la industria automotriz mundial y subraya las crecientes tensiones en torno al control de la tecnología esencial.

Las raíces del enfrentamiento

La crisis comenzó cuando el gobierno holandés tomó el control de Nexperia, una empresa con sede en los Países Bajos, a finales de septiembre. Esta acción surgió de la preocupación de que Nexperia, adquirida por la empresa china Wingtech en 2019, pudiera trasladar la producción de Europa a China. Los documentos revelan que funcionarios estadounidenses habían ejercido presión sobre el gobierno holandés con respecto a la propiedad de Nexperia.

Beijing respondió rápidamente deteniendo las exportaciones de chips de sus fábricas, generando oleadas de preocupación en el sector automotriz y más allá. Si bien los intentos iniciales de Washington para mediar en la disputa han fracasado, la Casa Blanca anunció un acuerdo comercial entre el presidente Trump y China, que reanudaría los envíos desde las instalaciones chinas de Nexperia. Sin embargo, esta promesa aún no se ha materializado.

Por qué reemplazar los chips no es sencillo

El proceso de fabricación de semiconductores es complejo y requiere múltiples etapas. La operación de Nexperia ejemplifica esta complejidad: la producción inicial de chips se lleva a cabo en Hamburgo, Alemania, mientras que el vital empaquetado y finalización de la parte posterior se lleva a cabo principalmente en China.

Para evitar la interrupción actual, Wingtech necesitaría obtener obleas producidas localmente en China. Nexperia, por su parte, necesitaría ampliar su capacidad para finalizar la producción fuera de China. Si bien Nexperia tiene cierta producción final en Malasia y Filipinas, no es suficiente para compensar la pérdida de sus instalaciones chinas. Antonia Hmaidi, analista senior del Instituto Mercator de Estudios de China en Berlín, estima que incluso con la estabilidad financiera de Nexperia, se necesitarían al menos de cuatro a seis meses para establecer capacidades de producción alternativas, junto con procesos de prueba y certificación antes de que los chips puedan usarse en automóviles.

Esta situación refuerza las advertencias de los analistas que han advertido constantemente a las empresas que no concentren la producción en China sin planes de respaldo sólidos, incluso si eso significa aceptar costos operativos más altos para crear cadenas de suministro más resilientes y diversificadas. “Esto debería servir como una advertencia clara de hasta dónde está dispuesta a llegar China para proteger a sus propias empresas”, afirmó la Sra. Hmaidi.

Amplio impacto en los fabricantes y proveedores de automóviles

La dependencia generalizada de los chips de Nexperia se refleja en los numerosos fabricantes de automóviles y proveedores que anuncian ajustes de producción. Mercedes, Stellantis y Nissan han formado grupos de trabajo dedicados a abordar la escasez de chips y explorar fuentes de suministro alternativas.

Bosch, el mayor proveedor de repuestos para automóviles de Europa, ha admitido “grandes desafíos” y está utilizando su red de fabricación global y soluciones técnicas alternativas. La empresa incluso se vio obligada a reducir temporalmente las horas de trabajo de hasta 1.000 empleados en dos fábricas alemanas a través de un programa respaldado por el gobierno que se utilizó anteriormente durante la pandemia.

Nissan ha confirmado recortes de producción en dos plantas en Japón, anticipando “ajustes de producción a pequeña escala” que afectarán a varios cientos de unidades en cada fábrica. La compañía enfatiza que está “siguiendo de cerca la evolución” y se recuperará rápidamente una vez que el suministro se estabilice, minimizando las interrupciones para los clientes.

La crisis subraya la naturaleza frágil de las cadenas de suministro globales y las crecientes tensiones geopolíticas en torno al acceso a tecnologías cruciales. Resolver la disputa es crucial para mitigar nuevas desaceleraciones de la producción y salvaguardar la industria automotriz.

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