El mercado de valores estadounidense es el principal impulsor de la riqueza, pero esa riqueza está fuertemente concentrada entre los estadounidenses más ricos. Este análisis explora lo que sucedería si las tenencias del mercado de valores se distribuyeran equitativamente entre todos los ciudadanos estadounidenses, destacando las extremas disparidades en la propiedad actual.
Lo hipotético: propiedad igualitaria
A mediados de 2025, el valor total del mercado de valores estadounidense es de aproximadamente 62,8 billones de dólares. Con una población de aproximadamente 330 millones, una distribución equitativa otorgaría a cada persona aproximadamente 190.300 dólares en riqueza accionaria. Una familia de cuatro personas tendría 761.200 dólares. Por contexto, este cálculo incluye a todos, desde recién nacidos hasta jubilados, independientemente de si invierten actualmente.
La realidad: concentración extrema
La distribución actual es drásticamente diferente. El 50% inferior de los estadounidenses (alrededor de 165 millones de personas) posee colectivamente sólo el 1% de la riqueza del mercado de valores, con un promedio de sólo 3.800 dólares por persona. El 1% superior, que comprende aproximadamente 3,3 millones de personas, controla casi el 50% de la riqueza del mercado de valores, lo que se traduce en aproximadamente 9,5 millones de dólares por persona. Esto significa que los estadounidenses más ricos poseen 250 veces más riqueza en acciones que los de la mitad inferior.
La brecha no es simplemente grande; es fundamental. Una distribución equitativa cerraría una disparidad de riqueza de 186.500 dólares para cada persona del 50% inferior.
Desglose de los hogares: el impacto en la clase media
El hogar estadounidense promedio (2,5 personas) recibiría aproximadamente 475.750 dólares con una distribución equitativa. Sin embargo, los hogares de clase media y media alta (el percentil de riqueza 50 a 90) poseen sólo alrededor del 10% de la riqueza total: alrededor de 47.576 dólares por hogar. Incluso estos hogares verían un aumento significativo de la riqueza con una redistribución equitativa.
Centrarse en los adultos que trabajan: un escenario más realista
Si el cálculo se centra únicamente en los adultos en edad de trabajar (entre 18 y 64 años, aproximadamente 205 millones de personas), cada uno recibiría aproximadamente 306.300 dólares. Incluir a los jubilados (mayores de 65 años, aproximadamente 56 millones de personas) reduce esa cifra a $240,613, lo que proporciona un impulso sustancial a la seguridad de la jubilación más allá del Seguro Social. Sin embargo, estas cifras todavía se basan en el supuesto de que todos los estadounidenses tienen igual acceso a oportunidades de inversión, lo cual no es el caso.
Advertencias importantes: la letra pequeña
La cifra de 62,8 billones de dólares incluye tenencias de inversores extranjeros, instituciones y capital privado, riqueza a la que los hogares estadounidenses no tienen acceso directo. La riqueza total en acciones, incluidas las participaciones privadas, supera esta cantidad. Además, el cálculo supone una participación universal, ignorando las barreras de entrada para quienes carecen de conocimientos financieros, capital o acceso a cuentas de inversión.
El punto más importante: concentración de la riqueza y desigualdad
La extrema disparidad en la propiedad de acciones es un factor clave de la desigualdad de riqueza. El 50% inferior recibe sólo una pequeña fracción de las ganancias del mercado, mientras que el 1% superior capta la mayor parte. Este desequilibrio explica por qué el aumento de los mercados bursátiles no se traduce en una prosperidad amplia: la riqueza fluye hacia arriba, reforzando las desigualdades existentes.
El sistema actual concentra la riqueza en lo más alto, dejando a la gran mayoría con poca o ninguna propiedad accionaria. Este análisis subraya la necesidad de políticas que aborden la concentración de la riqueza y promuevan una distribución más equitativa de los activos financieros.















